La
Carta de Jamaica es un documento que nos devela la madurez política adquirida
por un Bolívar en destierro. En esta carta el Libertador no solo realiza un
excelente análisis demográfico, social y político tanto de Venezuela como de
importantes regiones de América sino que además expresa lo que sería uno de sus
mayores inquietudes y a su vez su más grande ideario: la independencia y unidad
del continente; una carta donde se nos sugiere un futuro tan prometedor como
incierto para la América toda y con una vigencia tal, que nos permite trasladar
las ideas allí plasmadas para una América independentista del siglo XIX a una América “independiente” del siglo XXI.
“El
velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz, y se nos quiere devolver a las
tinieblas; se han roto las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos
pretenden de nuevo esclavizarnos” [1]
500
años han pasado y aún nuestro continente se encuentra luchando para consolidar
su independencia.
200
años han transcurrido desde que fue escrita la carta de Jamaica y nuestra América sigue batallando contra la misma oligarquía sedienta de poder y en
contra de un nuevo imperio que se niega a que los americanos seamos los dueños
de nuestras tierras, de nuestra producción, de nuestro comercio, de lo
cultivado en nuestros suelos, de ejercer la soberanía sobre nuestros
territorios.
Hoy
al igual que la América independentista del siglo XIX nos encontramos en medio
de una coyuntura social e histórica; donde vemos una América dividida ya no
tanto por climas remotos y si por intereses opuestos[2], dividida entre gobiernos
que trabajan sobre la base de la justicia, de la libertad y de la igualdad, y
estados que han sido reducidos a colonias o simples aliados del imperio;
gobiernos que trabajan en oposición directa a los principios de justicia y en
oposición manifiesta con los intereses de sus ciudadanos.
Una
América asediada por un nuevo imperio,
el norteamericano, que al igual que su predecesor español piensa que el pueblo
latinoamericano “no ocupa otro lugar en la sociedad que el de siervos propios
para el trabajo, y cuando más, el de simples consumidores[3]”. Y es que desde el
descubrimiento hasta nuestros días a latinoamérica se le ha asignado una
función, siempre en beneficio del desarrollo de la metrópoli extranjera de turno[4], siendo esta función la de
servir de fuente: de tierra, mano de obra, de recursos naturales, minerales y
petroleras.
Razón
tenía Bolívar al afirmar que “los Estados Unidos parecen destinados por la
providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”. Pues
hoy al igual que en 1815 nuestro continente es testigo de nuevas agresiones
dirigidas en especial sobre un conjunto de países (Ecuador, Bolívia, Brasil,
Argentina) con gobiernos progresistas los cuales representan prácticamente la columna
vertebral, energética y económica del continente[5] y quienes por cierto han
osado toar su capital financiero a favor de los más pobres, de la inclusión
social y de la integración de los pueblos.
Venezuela
no escapa de esta agresión imperial, y es que desde el año 1999 nuestro país se
encuentra a la cabeza de un cambio de época que arranco con la llegada al poder
de Hugo Chávez y la revolución bolivariana; un cambio de época que se
caracteriza por un cambio real y verdadero de las relaciones de poder a favor
de las grandes mayorías[6].
Un
cambio de época caracterizado por la determinación de sus pueblos de romper con
un camino de imposiciones, de dominación, de servilismo, de aplastamiento de
los valores[7].
Un
cambio de época caracterizado por su compromiso de afianzar la
construcción de la unión latinoamericana
y caribeña, tal como lo soñó Bolívar, impulsando y reforzando organismos como
la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC) y Petrocaribe.
Un
cambio de época que ha comenzado a sentar las bases de un sistema internacional
multipolar que se oriente hacia ese gran principio que Bolívar llamara el
“equilibrio del universo[8]”.
Todo
esto, al igual que al imperio español del siglo XIX molesta al norteamericano,
no soporta la idea de perder el poder sobre lo que ellos consideran su “patio
trasero” y por eso nos agreden, necesitan a toda costa impedir que se termine
de concretar la unidad latinoamericana y de consolidar el poder en el pueblo.
Ciertamente
las ideas plasmadas por el Libertador en su carta de Jamaica siguen tan
vigentes hoy como en 1815, continuamos luchando contra las mismas fuerzas
oligárquicas e imperiales, seguimos luchando por alcanzar nuestra independencia
definitiva y estamos avanzando para
concretar lo que Bolívar considero en su momento una utopía y que fue uno de
sus más grandes sueños: la unión, libertad y prosperidad de nuestro continente.
Y
es que como diría nuestro Comandante Chávez “nos toca realizar plenamente el
sueño libertario que nunca ha dejado de palpitar en la Patria y que hoy está
latiendo de manera incesante. La herencia heroica nos obliga y tal exigencia es
bandera y compromiso para nosotros y nosotras”.
Es
en la carta de Jamaica donde aflora la visión geopolítica unitaria de Bolívar,
pues la unión latinoamericana es indispensable no solo para derrotar al
imperialismo y su modelo depredador si no que es indispensable para garantizar
y velar por los intereses de nuestros pueblos, que no son otros que la
libertad, la igualdad y la justicia.
“Yo
deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo,
menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”
Simón
Bolívar
[1]Gustavo
Pereira: Simón Bolívar, escritos anticolonialistas(Carta de Jamaica), Ediciones
de la Presidencia de la República, Caracas, 2012, pág.72
[2] Ibíd,
pág.89
[3] Gustavo
Pereira: Simón Bolívar, escritos anticolonialistas(Carta de Jamaica), Ediciones
de la Presidencia de la República, Caracas, 2012, pág.79
[4] Eduardo
Galeano: Las venas abiertas de América Latina, Siglo veintiuno de España
editores, España, 2000, pág.2
[5] Ángel
Rodríguez: Países que agrede EEUU son” la columna vertebral del continente”,
Aporrea, Caracas, 2015
[6] Hugo
Chávez: Plan de la Patria, Comando Campaña Carabobo, Caracas, 2012, Pág. 5
[7] Discurso
del Pdte. Hugo Chávez en la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de
Petrocaribe, Revista Memorias, Caracas, 2015, pág. 48
[8] Hugo
Chávez: Plan de la Patria, Comando Campaña Carabobo, Caracas, 2012, Pág. 5