lunes, 25 de julio de 2016

Batalla de Pantanos de Vargas "Es que Rondón no a peleado"


25 de julio de 1823. El Ejército Libertador, lleva a cabo el audaz inclemente y comprometedor Paso de los Andes, se encuentra con que las huestes realistas al mando del general José María Barreiro, le cierran el camino a Tunja.

La tropa al mando de Bolívar, que apenas se había medio repuesto de la dura hazaña que fue el Paso de los Andes, se apresta al combate por decisión del Jefe Supremo de la Causa, que acepta enfrentar a los realistas a pesar de la superioridad numérica del enemigo (3.000 contra 2.000) y su ventajosa posición en el terreno. Así comienza una de las más extraordinaria batallas que libraron los patriotas contra el imperio español.

El General Bolívar cruza el río Sogamoso para atacar al enemigo por la retaguardia. A las once de mañana ordena al comandante José Antonio Anzoátegui atacar el flanco derecho de los españoles con dos batallones que pronto se ven envueltos por los contrarios. Es cuando el General Bolívar ordena a Santander, atacarlos por la izquierda con sucesivas cargas de bayoneta, y así se reduce la presión española contra el flanco derecho de los hombres de Anzoátegui, maniobra que resultó eficaz para reducir la presión enemiga, que pierde parte del terreno conquistado.

El plan táctico de Bolívar era obligar a Barreiro a enviar el mayor número de hombres de su reserva cada vez que perdía terreno. Sin embargo, la situación se hacía insostenible y Bolívar decide el ataque  de la Legión Británica al mando de James Rooke, con lo que logró detener el avance de los enemigos. Así las cosas, Barreiro echa el resto y lanza al asalto a sus reservas, los nuestros retroceden, y es en ese momento cuando el jefe español exclama: ¡Ya ni Dios me quita el triunfo!... no sabía Barreiro contra quien se estaba enfrentando.

Eran cerca de las seis de la tarde, el General Bolívar, ve todo perdido, ante lo cual galopa hacia la reserva que le quedaba, compuesta por la caballería llanera al mando del bravo y corajudo Coronel Juan José Rondón, Bolívar el hombre de las dificultades, trémulo, se dirige a Rondón y le grita: ¡Rondón, la Patria está perdida, salve usted a la Patria! y el valiente negro le responde brioso, al Libertador: ¡Es que Rondón no ha peleado todavía!

Y, Rondón lanza en ristre, secundado por Leonardo Infante, Lucas Carvajal y un puñado de llaneros, arremete con titánica fuerza contra la infantería del general Barreiro, destrozándola y decidiendo a favor de la causa patriota aquella memorable batalla.

Fue tal el valor de la acción de Rondón que después, Bolívar, en víspera del aniversario de la Batalla de Pantanos, día que por demás el daba como el de su nacimiento, escribía: Sin Rondón, yo no sé que hubiera sido de Pantano de Vargas, y cada año, al celebrarse el día de aquella batalla victoriosa, el Libertador solía decir: Hoy es día de San Rondón.

El Coronel Rondón resultó herido levemente en un pie durante la Batalla de Naguanagua, herida que se le infectó, se le gangrenó y a consecuencia de ella muere el 23 de agosto de 1822, en la ciudad de Valencia. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde 1896.

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