lunes, 17 de septiembre de 2012

Piratas de Somalia ¿Los nuevos terroristas?


La guerra contra los piratas del subdesarrollo y la miseria está convirtiéndose en un aparente sustituto de la guerra al terrorismo, doctrina ya agotada para los propósitos del complejo industrial militar. Los mal vestidos y peor armados piratas se han convertido en un nuevo objetivo militar que saca de su aburrimiento a la Real Marina Inglesa y a las ociosas fuerzas navales de una veintena de naciones poderosas, desde Estados Unidos a China, empeñadas ahora en combatir a un puñado de hambrientos que viven en un atraso similar al de Haití.
Somalia es un país que hace casi dos décadas carece de guardacostas, desde que las guerras civiles (inducidas por las potencias occidentales) hicieron colapsar su sistema de gobierno. La injerencia de los países desarrollados promovió guerras civiles en todo el Cuerno de África en búsqueda de minerales lucrativos, fingiendo exportar la democracia o un afán civilizador.
La piratería de hoy en Somalia es una actividad desesperada de sobrevivencia mediante cobro de peaje e impuestos a los depredadores. El gobierno de este país del Cuerno de África colapsó en 1991. Desde entonces sus 9 millones de habitantes han estado sumergidos en el hambre y muchas de las fuerzas más feas del mundo occidental han visto esto como una gran oportunidad para robar las fuentes de aprovisionamientos de alimentos del país y descargar basura nuclear en sus mares.
Tan pronto como se fue el gobierno, en la costa de Somalia comenzaron a aparecer misteriosos barcos europeos descargando enormes barriles en el océano. La población costera comenzó a enfermarse.  Primero sufrieron erupciones extrañas, náuseas y aparecieron bebés malformados. Y después, el tsunami de 2005 hizo flotar cientos de barriles que las olas lavaron en las playas. La gente comenzó a sufrir enfermedades producidas por la radiación y murieron más de 300 personas.  
Ahmedou Ould-Abdallah, enviado de ONU a Somalia, comento en una entrevista al periodista británico Johann Hari: Alguien está descargando aquí material nuclear. También hay metales pesados, tales como cadmio y mercurio. Mucho de este material se puede rastrear en hospitales y fábricas europeas, donde se lo entregan a la mafia italiana para desaparecerlo a bajo precio. Cuando Hari le preguntó a Ould-Abdallah qué hacían los gobiernos europeos sobre esto, le respondió con un suspiro: Nada. No hubo limpieza, ninguna compensación ni prevención.
Al mismo tiempo, otras naves euro/estadounidenses han estado saqueando la biodiversidad de sus mares y alimentación. Los barcos rastreadores que pescan ilegalmente en los mares desprotegidos de Somalia se han robado cientos de millones de dólares anuales de atún, camarón, langosta y otras formas de vida marina. Los pescadores locales perdieron repentinamente el sustento y ahora padecen hambre.
En este contexto aparecieron los hombres a quienes se ha estado llamando piratas. Cada uno está de acuerdo en que antes fueron simples pescadores somalíes, hombres de pesca ordinarios, que ahora consiguieron lanchas rápidas para intentar disuadir a los descargadores de basura y a los barcos rastreadores o, por lo menos, aplicarles algún impuesto.  Se llaman a sí mismos Guardacostas Voluntarios de Somalia y es duro entender por qué: uno de los líderes pirata, Sugule Ali, dijo que su motivo era detener la pesca ilegal y la descarga en nuestras aguas? No nos consideramos bandidos del mar.  Consideramos bandidos del mar a quienes pescan ilegalmente y descargan en nuestros mares, botan basura en nuestras aguas y portan armas en nuestros mares.
El sitio somalí independiente de noticias WardherNews condujo la mejor investigación disponible sobre qué están pensando los somalíes comunes y corrientes y encontró que el 70% apoya fuertemente la piratería como forma de defensa nacional de las aguas territoriales del país. Durante la guerra revolucionaria en EEUU, George Washington y lospadres fundadores pagaron a los piratas para que protegieran las aguas territoriales de EEUU de América, porque no tenían ninguna marina de guerra o guardacostas propios. La mayoría de los americanos los apoyaron. ¿Es esto tan diferente?
¿Esperan que los somalíes que mueren de hambre se instalen pasivamente en sus playas, revolcándose en  basura nuclear y observen cómo les arrebatan sus peces para comérselos en restaurantes de Londres, París y Roma? 

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