Transcurría el tiempo y a eso de las 8:15 am, una de las aeronaves detectadas específicamente el bombardero B-29, Enola Gay, comandado por el piloto Paul W. Tibblets, lanzó sobre Hiroshima una bomba de uranio conocida como la little boy.
La little boy provocó un ruido ensordecedor que dio paso a la explosión. En pocos minutos se formó una enorme capa de humo gris y la temperatura se calcula estaba en 4000ºC. Pocos instantes después se vieron en las calles a miles de personas vivas, quemadas totalmente y con piel colgando, otros mutilados por los escombros y algunos quemados parcialmente. Minutos más tarde cayó una extraña lluvia negra, se trataba de las cenizas de las personas fallecidas.
Dieciséis horas después del ataque, el entonces presidente de EEUU Harry Truman anunció públicamente desde Washington D.C el uso de una bomba atómica:
"Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas. En su forma actual, estas bombas se están produciendo. Incluso están en desarrollo otras más potentes. [...] Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra".
Harry S. Truman
Luego de la fatal explosión, de la matanza masiva e instantánea de miles de personas en Hiroshima, Estados Unidos pensaba que Japón se rendiría al ver su poderío, pero no ocurrió así. El gobierno japonés no reaccionó ante la declaración de Postdam de Truman. El Emperador Hirohito, el gobierno y el Consejo de Guerra estaban considerando cuatro condiciones para la rendición: que se preservara el Kokutai (el sistema imperial y la política nacional), que el Estado Mayor tuviera la responsabilidad del desarme y desmovilización, la no ocupación del país y que la obligación de castigar los crimenes de guerra recayera en el gobierno japonés.
Pero los japoneses no tuvieron la oportunidad, pues el 9 de agosto de 1945 justo a las 11:02 de la mañana lanzaron la segunda bomba atómica, en esta ocasión sobre Nagasaki, situada en una de las islas de Japón llamada Kyushu. El bombardero B-29, Bock’s Car, lanzó una fat boy, una bomba de plutonio, con la capacidad de liberar el doble de energía que la de Hiroshima.
Los brutales bombardeos dieron pie a que cinco días después, los japoneses se rindieran y terminara así la Segunda Guerra Mundial, que inició en 1939.
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